Imagen: "Barco sonámbulo", Pavel Bergr

2 de agosto de 2016

Bellas artes

Hoy habla por mí:




"Lo que la pequeña Momo sabía hacer como nadie era escuchar.
Eso no es nada especial, dirá, quizás, algún lector;
cualquiera sabe escuchar.
Pues eso es un error. Muy pocas personas saben escuchar de
verdad. Y la manera en que sabía escuchar Momo era única.
Momo sabía escuchar de tal manera que a la gente tonta se le
ocurrían, de repente, ideas muy inteligentes. No porque
dijera o preguntara algo que llevara a los demás a pensar
esas ideas, no; simplemente estaba allí y escuchaba con toda
su atención y toda simpatía. Mientras tanto miraba al otro
con sus grandes ojos negros y el otro en cuestión notaba de
inmediato cómo se le ocurrían pensamientos que nunca hubiera
creído que estaban en él.

Sabía escuchar de tal manera que la gente perpleja o
indecisa sabía muy bien, de repente, qué era lo que quería.
O los tímidos se sentían de súbito muy libres y valerosos. O
los desgraciados y agobiados se volvían confiados y alegres.
Y si alguien creía que su vida estaba totalmente perdida y
que era insignificante y que él mismo no era más que uno
entre millones, y que no importaba nada y que se podía
sustituir con la misma facilidad que una maceta rota, iba y
le contaba todo eso a la pequeña Momo, y le resultaba claro,
de modo misterioso mientras hablaba, que tal como era sólo
había uno entre todos los hombres y que, por eso, era
importante a su manera, para el mundo.
¡Así sabía escuchar Momo!"

Momo.
Michael Ende


2 comentarios:

  1. No voy a decir bienvenida al ruedo nuevamente ni ninguna de esas tonterías. Algo me conocés. Te digo apenas que los dos textos subidos al blog justifican el regreso. El de la luna inalcanzable, hembra y secreta. El del arte de escuchar, algo cada vez más raro en este mundo donde, diría Bradbury, somos miles de millones pero nadie conoce a nadie.
    Un abrazo,
    L.

    ResponderEliminar
  2. ¡Hermoso! Así sabés leer-escuchar vos, Betina.

    ResponderEliminar